2011/01/28

Espeso.

No hubo acuerdo entre las coincidencias, mis cartas  eran la revolución en un juego de apariencias, mis complejos  el color que me conmovía en el centro de mis olvidadas carencias.
Mi cabeza estaba saliendo a flote luego de un pasado tolerable pero irreversible.  Era injusto ser un 22:30 a las 8:30 de la madrugada pero la tentación solo se calma luego de caer, y así fue.
Verbos imperfectos en acciones inmaduras me exprimieron las noches que no duermen, mañanas que nunca van a ser un tal vez. Ahora un poco más crudo que ayer sigo mezclándome, empapándome con todas las gamas del gris.
Descentrado me quede mordiendo el aire, mi mente disfrutaba de su laberinto mientras como un iluso me esmeraba  por esconder el mar en un desierto. 


¿Qué es lo que debería recordar justo antes de soportar lo que llueve en el amanecer, lo que sucede justo después de ahogarme cada primavera?

2011/01/18

Cotidiano.

Por debajo de mí trasciende la  hazaña de la insensibilidad al simular que dentro de mí todo sucedió pareciendo un accidente. Mis pies rozaban el suelo, pero  estaba tan arriba que no pude entender porque la trampa  dejo de ser ideal cuando el límite se hizo mental. 
Ahora que mis días son domingos confieso que soy  discutible en el pasado pero irrefutable en el presente. Estoy cruzando varios mundos a la vez, tratando de dejar mis vidas atrás.
Desde un principio acepte que corra por mi cuenta, que sea sin anestesia y que en lo posible mi sombra no me dé la espalda cuando yo no sea capaz de explicar porque las apariencias son el reflejo de la memoria, el porqué, cómo y cuando fue que  rompí  mis propias reglas. Pero cuando la excusa es repetida y la condena demasiado larga para cumplir, mi cabeza desequilibrara la balanza como lo suele hacer. Y después de cometer el error, un millón de  pensamientos pendientes me enredan y despliegan esas imágenes que un tiempo atrás en el olvido quise dejar.