No escondas de tus ojos lo que puedo ver con los míos, no te escapes si no tenes pensado donde ir, ni hacerlo bien.
Mis límites rebalsaste pero antes de tapar con tierra tu sombra empaño mi voz.
Mis ideales no me dejaran mentir, un millón de noches colapsaron, se hicieron sentir en palabras antes que ser gestos de mala calidad y en cantidad.
Te dejo atrás sonrisa fingida, que brillaba divina tratando de dividirme de manera desigual. Todo indica ser cierto pero a mi cabeza siempre le falta seguridad para quebrar, si opto por callar será a causa de algo que todavía puedo recordar mas allá de lo que tuve que pasar para grabármelo.
Estaré un rato parado sobre la cima sin poder disfrutar el logro. He soportado muchas veces los descuidos, fue el fingir el principal rival de mi olvido. Todo se enferma cuando se atornilla al ayer junto con el hoy y el mañana.
