Cenizas claras en el amanecer de un pacto suicida que no fue, racha de perdedor sin opción, apuesta sus estrellas, esas que una vez se derretían a la vuelta del sol por descuidarlas.
Todo desaparecería al cerrar los ojos, pero su memoria es una nostalgia que no figura en el tiempo, un crucigrama incompleto, sus palabras son la sombra de su voz.
A su lado los disfraces bailan el otoño, al detenerse solo piensa que si no pudiera soñar, su tiempo seria un desperdicio.
Ayer en sus recuerdos reventaban los candados dejando libres sus desastres, pero es demasiado tarde para romperse la cabeza, ese manicomio esta lleno.
Ayer en sus recuerdos reventaban los candados dejando libres sus desastres, pero es demasiado tarde para romperse la cabeza, ese manicomio esta lleno.

